Murió el hombre más amable que he conocido, mi hermano mayor, Orlando. Un hombre trabajador que solo buscaba el bien en los demás, nunca guardó rencor, perdonaba fácilmente, mi héroe.
Mis recuerdos de ‘Orlie’ eran muchos. Me dejó acompañarlo en sus citas con mi ahora cuñada, Emily. Me llevó a carnavales, autocines, cine, picnics, más tarde, Disneylandia y más. Amaba toda la música, la de su generación desde Elvis hasta Johnny Cash, Motown y el propio Al Hurricane de Nuevo México. A menudo, lo acompañaba en su Chevy rojo y blanco del 54 mientras aceleraba por las calles principales de Costilla, con la radio a todo volumen con Elvis, los Everly Brothers o Johnny Cash. Cuando literalmente me paré detrás de él a los 4 años, con las ventanillas bajadas y el pelo ondeando al viento, supe que tenía el hermano más genial de la historia.
Tenía 16 años cuando nací y debido a que papá trabajaba fuera del estado, Orlando rápidamente
llenó los zapatos de papá como el hombre de la casa. Trabajó junto a mamá en la siembra de cultivos que ayud- aron a alimentar a sus hermanos. También trabajó en los campos de papas y lechuga del norte de Nuevo México y el sur de Colorado, lo que le permitió ganar dinero para comprar un automóvil. Me compró una hermosa silla alta de madera cuando era una niña pequeña y todavía la tengo. Era un hombre honorable que siempre pagaba a su manera.
Yo era su sombra y me colmó de atención y debido a su amor por la música, estuve expuesta a todos los géneros musicales posibles. Cuando pienso en la persona más feliz que he conocido, él gana ese honor, sin lugar a dudas.
Asistió a la escuela de negocios en la ‘Duke City’ como él la llamaba, se casó y se mudó a California, pero nunca perdimos nuestra conexión especial. A la familia y a los muchos amigos que lo conocieron, los amaba a todos. Mamá y Papá, criar- on a un hombre honorable. Era un hombre especial que estaba orgulloso de su esposa, sus hijos Gary, Daryl y Nathan y sus amados nietos.
Mi hermano Orlando, eras como ningún otro. Fuiste un verdadero hombre de Dios en tus acciones en la Tierra. Has dejado una impresión duradera en tantos, junto con tres de los hijos más respetuosos. Tu tiempo en la Tierra expiró el sábado, pero tu marca de honestidad, bondad y amor nunca morirá. Vaya con Dios Orlie, fuiste un excelente ejemplo de lo que nuestro Creador quiere en todos nosotros. En mi corazon para siempre.