La sequía que ha azotado a Occidente durante los últimos años ha resultado en un pronóstico de graves incendios en el transcurso de los próximos meses, tal vez incluso el resto del 2022. El pronóstico ha resultado asombrosamente profético. Al menos tres incendios importantes ahora están quemando cientos de miles de acres en el norte de Nuevo México y, por el momento, no hay forma de predecir qué tan pronto se extinguirán.
El incendio de Cerro Pelado que ahora se abre camino al rojo vivo a través de una franja de tierra cerca de Los Álamos, Nuevo México, está poniendo a prueba tanto al personal como a los recursos. A medida que arde, los bomberos también están ocupados con otras grandes quemaduras con los incendios de Hermits Peak-Calf Canyon en los condados de San Miguel y Mora. Los tres incendios están en la región norte del estado. El incendio de Hermits Peak-Calf Canyon (cerca de Las Vegas, Nuevo México) ha consumido hasta ahora más de 200 mil acres de madera.
La estación de televisión de Albuquerque KRQE informó que “al menos 166 casas han sido quemadas en el incendio de Hermits Peak-Calf Canyon”. Pero ese número es fluido a la espera de que los bomberos se acerquen para obtener un recuento actualizado.
No es solo la sequía lo que ha convertido cientos de miles de acres en leña, sino que dos elementos adicionales la han hecho aún más peligrosa. Los vientos casi incesantes y la humedad que cae en picado han hecho que combatir los incendios sea extremadamente peligroso e impredecible.
Para la madrugada del miércoles, la superficie quemada en el Incendio Cerro Pelado se acercaba a 50 acres. Debido a la diversidad del terreno, así como a las condiciones climáticas cambiantes, es difícil saber cuánto tiempo pasará antes de que esté bajo control. Pueden ser días o incluso semanas. El humo de los incendios también ha creado un brillo marrón visible en los cielos de Colorado.
Anderson dijo que los fuertes vientos no solo pueden atravesar una superficie adicional en cuestión de minutos, sino que también pueden evitar que los scoopers (aviones que vuelan a baja altura sobre los lagos para recolectar agua) hagan su trabajo. “Pones un balde con 500 galones de agua (en el viento) y comienza a balancearse, podría llevarse el helicóptero”. Los pilotos, dijo, “vuelan hasta que sienten que no es seguro”.
“Durante los últimos tres días”, dijo Joe Anderson, oficial de información pública del Servicio Forestal de EE.UU., “hemos recibido advertencias de bandera roja”, lo que significa que ha habido pocas oportunidades para relajarse. Las temperaturas récord, la baja humedad y los vientos constantes, “ráfagas de hasta 70 mph”, dijo, han permitido a los bomberos combatir el incendio solo hasta un empate.
El martes, la gobernadora de Nuevo México, Michelle Lujan Grisham, compartió un mensaje optimista al estado sobre los incendios diciendo que no se han perdido nuevas estructuras en ninguno de los incendios. “Para mí”, dijo, “aunque no está confirmado, es una muy buena noticia”.
Pero las buenas noticias pueden ser fugaces cuando la imprevisibilidad de la naturaleza está realizando este baile estacional. “Hay muchos cañones, áreas montañosas y terrenos escarpados”, dijo Anderson. Cada uno plantea su propio conjunto de variables, dijo. Combustibles—matorral y bosque—pueden encenderse en un instante cuando la brasa más diminuta se enciende. El camino de una brasa al rojo vivo es impredecible.
Otra buena noticia ocurrió la madrugada del martes en el incendio de Cerro Pelado, dijo Anderson. El comandante del turno de noche vino anoche y dijo que los vientos que habían soplado con tanta fuerza durante el día se habían calmado en las primeras horas de la mañana. “Fue una noche increíble porque pudieron hacer mucho trabajo”.
Los comandantes de campo que supervisan a los más de 800 hombres y mujeres en el incendio de Cerro Pelado dicen que cada cuadrilla trabaja en turnos de doce horas. No quieren empujar a las tripulaciones más allá de lo que es seguro. “La fatiga es muy realista”, dijo Anderson. Hasta el momento, no hay heridos reportados.
Tampoco ha habido pérdidas de viviendas en Los Álamos y sus alrededores. Los lugareños se han mantenido al tanto de la información sobre incendios, dijo Anderson, a través de las redes sociales. “Estamos tratando de comunicarnos a través de Facebook, Twitter e Instaweb. Anderson, que tiene su base en el estado de Washington y, como tantos otros, ha sido enviado desde todo el país al incendio, dijo que el Servicio Forestal está usando lo que él llama las ‘Cinco P’ cuando se le dice que evacúe. Se les dice que tomen recetas (medicamentos), mascotas, tarjetas plásticas (crédito y débito), fotos y computadoras personales.
La temporada de incendios de Nuevo México puede ser un presagio de lo que el Oeste espera este verano y también para los próximos meses. En los últimos años se han producido incendios sin precedentes en Colorado y otras partes de un oeste abrasado por el sol. Tampoco se han restringido a áreas silvestres. El incendio Marshall de diciembre pasado en el condado de Boulder destruyó más de mil viviendas y se registró como el incendio más destructivo del estado.
En octubre del 2020, el incendio East Troublesome cerca de Kremmling cruzó la división continental y quemó más de 300 millas cuadradas. Fue el segundo incendio forestal más grande de Colorado. También en el 2020, el incendio de Cameron Peak quemó más de 326 millas cuadradas. Comenzó el fin de semana del Día del Trabajo y duró más de 110 días. En ese período quemó 469 estructuras y destruyó 224 viviendas.
