El último auto que alquilé en México fue un Changan vendido por Chongqing Changan Automobile Co., Chongqing, China. Es un gran automóvil con todo lo que desearía en una SUV moderna.
En ese momento, se me ocurrió que lo que ofrece China en este automóvil es el tipo de competencia que la mayoría de los consumidores estadounidenses disfrutarían. El consumismo en nuestro país es lo que mueve nuestra economía. Esto también me recuerda a un dicho hippie durante la guerra de Vietnam: “haz el amor, no la guerra”. En este caso el lema puede ser “compitamos, no peleemos”.
Hubo un tiempo en que pensé que una de las principales características de una alianza entre Rusia y China la proporcionaba una combinación del poder militar ruso y la economía de clase mundial de China. La Guerra de Ucrania me ha desengañado de eso y me ha hecho replantearme la capacidad de hacer la guerra por parte de nuestros adversarios. Si bien no descarto la capacidad de Rusia para causar serios problemas, nuestra principal atención debería estar en China. La dirección a largo plazo de la fortaleza económica de China debe ser funda- mental para nuestro enfoque geopolítico.
La ventaja de esa estrategia es que el desarrollo de China en esta esfera también está en el terreno de juego del capitalismo que es el socio económico de la democracia. Esto permite que China se parezca más a nosotros al final.
Aunque China está reafirmando su mandato de ser una nación comunista, sus tendencias e intereses económicos están arrastrando lentamente al país hacia un destino más parecido al de los Estados Unidos.
Aunque está construyendo su poderío militar a un ritmo rápido, uno debe entender que también se enfrenta a ejércitos combinados en alta mar.
El presidente Biden tiene previsto reunirse con el presidente de México y el primer ministro de Canadá el próximo enero. Estoy seguro de que, en parte, hablarán sobre temas comerciales de América del Norte.
Cuando comparamos las poblaciones combinadas de los tres países de América del Norte con la de China, somos un tercio de ellos. Al mismo tiempo, China tiene una economía nacional en desarrollo porque actualmente solo un tercio de su población tiene la capacidad de participar como consumi- dores serios.
Aunque China puede querer hablar de ser una superpotencia militar o llegar a países de todo el mundo con fines de influencia política o económica, su atención principal bien puede estar en involucrar a los otros dos tercios de su población como consumidores. Esa es la forma en que China se convertirá en la superpotencia económica por delante de Estados Unidos.
Cuando Estados Unidos entró en la Guerra Fría con la Unión Soviética, existía un temor real de que los soviéticos tuvieran la capacidad militar para abrumar a Europa con un rápido ataque blindado o tener un intercambio nuclear con Estados Unidos. Además, la Unión Soviética tenía mucho menos que perder que Estados Unidos. Aquí, la situación es diferente. El poder de China proviene del potencial de su creciente base económica.
Al igual que Estados Unidos y las economías avanzadas del mundo, China tiene mucho que perder y eso aumentará a medida que alcance su cénit económico. Al mismo tiempo, China participa como parte de la comunidad del mercado comercial, que es clave para el capitalismo y los intereses comerciales estadounidenses.
El poder industrial de China es real, ya que está a punto de convertirse en la economía número uno del mundo. Eso debería celebrarse porque hace que el mundo sea más rico y capaz de sostenerse a sí mismo.
Más importante aún, es la competencia en el mercado. Se hace durante la paz, no la guerra.
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