El exgobernador de Nuevo México, Bill Richardson, falleció a la edad de 75 años.
Richardson falleció mientras dormía en su casa de Massachusetts, según un comunicado de su organización, The Richardson Center. Su carrera política incluyó un tiempo como congresista estadounidense en el norte de Nuevo México, embajador de Estados Unidos ante las Naciones Unidas y secretario de Energía durante la presidencia de Bill Clinton. Richardson se convirtió en gobernador de Nuevo México en 2002 y también dedicó su carrera pospolítica a conseguir la liberación de detenidos estadounidenses en otros países.
El presidente Joe Biden dijo en un comunicado que Richardson aprovechó cada oportunidad para servir y estaba decidido a hacer el bien por su país, Nuevo México y los estadounidenses de todo el mundo.
“Pocos han servido a nuestra nación en tantas capacidades o con tanta implacabilidad, creatividad y buen humor. Lo extrañaremos profundamente”, dijo Biden en el comunicado.
Richardson es responsable de la liberación de numerosos rehenes y militares estadounidenses en Corea del Norte, Cuba, Irak y Sudán. Entre aquellos a quienes ayudó a obtener la liberación de países extranjeros se encuentran el periodista estadounidense Danny Fenster de una prisión de Myanmar y Taylor Dudley, un hombre que cruzó la frontera de Polonia a Rusia. También se reunió con funcionarios rusos poco antes de la liberación del veterano de la Marina Trevor Reed y trabajó en los casos de la jugadora de la WNBA Brittney Griner y el veterano de la Marina Michael White.
Algunos de sus trabajos globales notables incluyeron trabajar para liberar a los trabajadores estadounidenses retenidos por Saddam Hussein y viajar a Corea del Norte en 2007 para recuperar los restos de los militares estadounidenses que murieron en la Guerra de Corea. El año anterior, persuadió al presidente sudanés, Omar al-Bashir, para que liberara al periodista estadounidense ganador del premio Pulitzer, Paul Salopek.
Richardson describió una vez ser gobernador de Nuevo México como “el mejor trabajo que he tenido”. Durante sus dos mandatos, fue el único gobernador hispano del país y firmó una legislación que derogó la pena de muerte, después de haber apoyado anteriormente la pena capital. Calificó la firma de la legislación como “la decisión más difícil de mi vida política”.
“Vi de primera mano su pasión por la política, su amor por Estados Unidos y su inquebrantable creencia de que, con respeto y buena fe, las personas pueden unirse a pesar de cualquier diferencia, sin importar cuán grande sea. Era un patriota y un verdadero original, y no será olvidado”, dijo Biden en el comunicado.
Fuera de su trabajo político y diplomático, Richardson fundó el Centro Richardson para el Compromiso Global, que se centra en la resolución de conflictos y la liberación de prisioneros, y la Fundación para Preservar la Vida Silvestre de Nuevo México con el actor y conservacionista Robert Redford. También se desempeñó como presidente de Freedom House, una organización privada no partidista que promueve la democracia y los derechos humanos en todo el mundo y formó parte de las juntas directivas del Consejo Nacional de Defensa de Recursos y de United Way International.
Las contribuciones de Richardson al país y a los derechos humanitarios son admirables y su legado es digno de celebración.
