Viene y se va y cuando se va – o parece que se ha ido – vuelve al anonimato. Es la cosa de la que ‘no hablamos.’ Pero la violencia doméstica, marcada cada octubre durante el mes para Prevención de la Violencia Doméstica, no se trata de un mes, o cuando menos así no debe de ser. Y una cinta de color morado no es la solución a su fealdad. La violencia doméstica es una enfermedad insidiosa que trasciende la economía, la etnicidad, la edad y las fronteras.
Se probó una vez más el 18 de noviembre cuando, en lo que la policía de Northglenn ha declarad un homicidio-suicidio, Lucille Ruibal Rivera fue asesinada a balazos. Ruibal Rivera era una líder en los servicios de salud y una reconocida y respetada artista Chicana cuyas obras de fotografía se conocen por la región. También era vicepresidenta de CHAC, el Consejo Chicano de Humanidades y Arte.
La Dra. Renee Fajardo conocía bien a Ruibal Rivera y trabajaba con ella de cerca en CHAC. Dice que aún siente el shock de su muerte. “No teníamos ni idea de que su pareja fuera violento,” dijo. “Ella había mencionado que se iba a romper con él,” dijo Fajardo. Es todo lo que había mencionado.
Pero en conversaciones privadas, Ruibal Rivera le había confiado que “él intentaba maltratarla,” pero no iba a dejar que continuara.
Rivera también estaba muy involucrada con asuntos de salud, especialmente con los servicios de salud latinos, y trabajaba con el Centro de Salud Comunitario Tepeyac, un centro de salud comunitario que ha servido Denver por más de 30 años.
“Esa era la persona que era,” dijo el fundador y CEO de la clínica Tepeyac Jim Garcia al Denver Post. “Ella era perspicaz al identificar las necesidades dentro de la comunidad – y luego no solamente ella se cometía sino que reclutaba a otros.”
Ruibal Rivera fue celebrada la noche del viernes en el estudio de arte del Denver Center for the Performing Arts por aproximadamente 250 persons que la conocían por sus dos pasiones: la salud pública y el arte. La describieron como una “mujer maravillosa”, “un regalo” y “una persona que repartía felicidad.”
La congresista de Colorado Diana DeGette y el alcalde de Denver Mike Johnston enviaron cartas elogiando a Ruibal Rivera y ofreciendo sus pésames. DeGette pidió que “se recordaran los logros de Ruibal Rivera y su dedicación infalible.” Johnston caracterizó su muerte como “una pérdida para todo Denver.”
La muerte de Ruibal Rivera fue sólo uno de cuatro homici- dio-suicidios que ocurrieron durante un periodo de dos semanas en el área metropolitana a fines de noviembre. También en Pueblo Jess Grondahl fue sentenciado a 45 años de cárcel por asesinar a la mamá de su hijo. Grondahl le siguió a Kaylie Marcum a un bar y la mató a balazos. La sentencia llegó el día en que Marcum hubiera cumplido 25 años.
El jubilado juez ejecutivo Dennis Maes ha visto una buena cantidad de acusados en su tribunal durante los últimos 30 años. Y al declarar su sentencia ha hablado de su crimen a los acusado. “Es usted un cobarde…nada más que un bully y terrorista,” ha dicho a más que unos cuantos acusados. “Honestamente, nunca he podido encontrar una buena razón para que cometan ese delito.”
Maes, a nombre de quien está el tribunal del condado, dijo que es todos sus años en el tribunal, los acusados de violencia doméstica nunca reciben una sentencia ligera. “No creo que subestimes el crimen.” Dijo que mucho antes de que fuera abo- gado y mucho antes de llegar a ser juez, su padre le aconsejaba de tono firme y de manera que no se podía confundir que no cruzara la raya con una mujer.
“El decía, ‘quiero que sepas que si escucho de que tú le hayas golpeado a una mujer, te voy a dar a ti. No te abuses de ellas, física or mentalmente.’” Ese consejo lo llevó al tribunal.
Pero demasiado otros, en su mayoría hombres pero no todos, transcendiendo cultura y etnicidad, o nunca aprendieron la lección o no les importaba a quien hacían daño. Es también un problema que trasciende geográficamente.
Un reporte de las Naciones Unidas del 2021 declaró que “cinco mujeres adultas o menores fueron asesinadas cada hora por un familiar,” y que 45,000 mujeres o adolescentes que fueron asesinadas por un esposo, compañero u otro familiar en el mismo periodo.
En un estudio del 2022 por el Colorado Domestic Violence Fatality Review Board, se registraron 94 muertes por violencia doméstica. Entre las víctimas 39 fueron compañeros íntimos y 22 víctimas colaterales, incluyendo seis niños y dos agentes de paz. La taza estatal de violencia doméstica en el 2022 fue 1.5 más que el promedio de los siete años previos del estudio.
Publicado en octubre, el estudio presentó una lista de 20 recomendaciones para amortiguar ese tendencia dolorosa y trágica, incluyendo la expansión de herramientas para medir el riesgo a organizaciones que trabajan directamente con los sobrevivientes de violencia doméstica; prevenir que acusados tengan acceso a armas; e incrementar la colaboración y alianza con el Maternal Morality Prevention Program, Child Mortality Review Board y la Oficina para la Prevención del Suicidio.
Debido a que la violencia doméstica no se da a luz o es el secreto mortal de la víctima, Fajardo quiere que todos sepan que tan bondadosa, especial y caritativa Ruibal Rivera era.
Cuando la renta de las oficinas principales de CHAC por la calles 2nd y Santa Fe llegaban a un punto tan alto que cerrar se tenía que considerar, “Lucille pasó todo el año sin recibir salario para que pudiéramos atar cabo,” dijo Fajardo. El consejo administrativo de CHAC ha hablado de convertir la muerte de Ruibal Rivera en el eje de su futuro. “Setenta por ciento de nuestro consejo ha experimentado la violencia doméstica,” dijo. Cuando una miembro del consejo pasaba por un momento difícil, “Lucille la apoyaba.”
CHAC, un pedestal para el arte latina atrevida y audaz, dedicará el 2024 a “ayudar a los mujeres que padezcan de violencia doméstica…ya no podemos ignorar esto y tenemos que afrontarlo.”
Que el CHAC se haya sobrevivido se debe de manera no pequeña, según Fajardo, a Ruibal Rivera. “Es la clase de mujer que era. Era generosa, trabajadora y encantadora. Ella honraba a todos.”
Fajardo dijo que Ruibal Rivera creía que “éramos un tapiz de mujeres” y su amiga, compañera administrativa y artista era uno de los hilos más brillantes. Es hora, dijo Fajardo, de honrarla. “Ella era un visionario.”