Hace un mes se estrenó una nueva obra musical/drama llamada Jornada a Belén que narra la historia de “una mujer joven que carga una responsabilidad inimaginable. Un hombre desgarrado entre el amor y el honor. Un rey celoso que hará todo lo posible para mantener su corona.”
Sin embargo, la jornada a Belén es más que eso ya que la historia de María realmente se trata de una heroína femenina que batalla con todos los obstáculos que hace del viaje uno transformativo y el resultado universal. El camino de 90 millas desde Nazaret a Belén viajado por una mujer a punto de dar a luz ni siquiera fue el comienzo de la historia.
La experiencia de María es parecida a la aventura del héroe que aparece en la obra cuando la gente está desesperada y necesitada de un renacer. Es en momentos como ésos que de la comunidad nace un héroe al que se le pide encontrar los secretos y las soluciones que resuelvan las gran tribulaciones y volver la comunidad a un éxito transformacional.
Por el camino, el héroe se encuentra con obstáculos que se tienen que superar como también con acompañantes quienes se enfrentan con probabilidades imposibles. En este caso, la libertad del control Romano en un sentido físico y espiritual es la meta buscada.
El primer obstáculo es el llamamiento por Dios de dar a luz a un niño fuera del matrimonio, algo que está en contra de la cultura. El segundo es el gran desafío es que José acepte a María dada su condición.
Durante esta parte de la obra los ángeles enviados por el Padre, están ocupados convenciendo y confirmando al mundo el milagro de la llegada del niño de Dios. También es la culminación de la profecía del profeta Miqueas 722 AC del nacimiento del Mesías en Belén.
La pareja sale de Nazaret y viaja por el Valle del Río Jordán a Jericó donde María, José y el niño Jesús por nacer repiten simbólicamente la entrada a la Tierra Santa como lo hicieron los antepasados originales bajo Josué en el Antiguo Testamento. Esa entrada demarca el comienzo de un momento mágico que incluye su escape más tarde a Egipto debido a la amenaza del Rey Herod a matar a todos los primer nacidos y en el proceso eliminar al Mesías quien él consideraba su rival al trono.
Antes de llegar a Belén donde tenían que estar por propósitos del censo e impuestos, María y José pararon en Jerusalén a unas 7 millas. Jerusalén es el centro del uni- verso Judío y la visita a la ciudad simbólicamente presentó a Jesucristo, cargado por María, como la culminación del promesa de Dios a los “escogidos.”
En Belén, María está preparada para dar a luz y no hay dónde parir. En su desesperación, la pareja acepta un establo para el nacimiento. Otra vez los ángeles vienen a socorrer a María y convierten el sitio humilde en un lugar de adoración para la comunidad y eventualmente para visitan- tes distinguidos que, en adición a los regalos extravagantes que brindaron, también dieron un aviso de la amenaza de muerte para el bebé.
Después del nacimiento del niño y el viaje a Egipto, lo cual trazaba nuevamente los pasos de Moisés, la esclavitud Judía y el éxodo a la libertad y la Tierra Santa, María trae de regreso el éxito a su hogar en la persona de Jesucristo de Nazaret. Jesucristo también llega a ser un héroe al brindar un mensaje de amor y salvación al mundo conquistador.
La entrega por María del regalo de Dios cambió el mundo para siempre. Su éxito también incluye la manifestación del Espíritu Santo que ha permanecido con nosotros después de la muerte, resurrección y despedido de su hijo.
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