El 6 de enero en gran parte del mundo latino es un día de celebración e intercambios de regalos. Conmemora la exaltación del Niño Jesús por los Reyes Magos quienes le brindaron regalos exóticos que confirmaban la naturaleza del Salvador.
En la outré cara de la moneda, el día es uno de infamia, ya que por poco se le usurpó a la gente la democracia, el legado de libertad, las normas de la ley y la voluntad de la gente como la habían expresado pro medio de su voto. El 6 de enero 2021 el Capitolio de los Estados Unidos en Washington D.C. fue atacado por un grupo de simpatizantes del entonces Presidente de los Estados Unidos Donald Trump dos meses de ser vencido en las elecciones presidenciales de 2020.
El 6 de enero 1995 me despertó el sonido de fuegos artificiales y un desfile en el pueblo Flores justo en medio del Lago Petén Itzá en el norte de Guatemala. Estaban celebrado la llegada de los reyes magos que vinieron a honrar al Niño Jesús dándole regalos como hacemos para navidad.
Antes del 25 de diciem- bre del año pasado, tuve un conversación con un amigo del norte de Veracruz en México de la Navidad y las varias maneras de recordar el día y las comunidades diversas de América Latina. Acordamos que la mayoría de las familias comienzan las fiestas el 24 y los niños permanecen despiertos hasta la medianoche cuando se reparten los regalos.
Me recordó que de dónde viene, los regalos se reparten el 6 de enero en lugar del 25 de diciembre como se hace en otras partes del mundo. El también cree que es una alabanza a Cristo más apropiada ya que era el deber de los reyes magos traer los regalos.
El 6 de enero llegó de nuevo este sábado pasado y me hizo reflexionar en el regalo de la libertad en este país y qué estaba en juego ese día del 2021. Aún estamos sufriendo de los acontecimientos de ese momento horrible ya que Trump, el líder de ese evento trágico, está lista para tener un papel prominente en las elecciones presidenciales.
Hasta ahora 1,237 de los participantes del golpe de estado han recibido cargos. Más de 718 se han declarado culpables y 459 han sido encarcelados.
Donald Trump mismo tiene que enfrentar cuatro cargos criminales relacionados específicamente con los eventos de ese día. Los cargos son conspiración para defraudar los Estados Unidos, conspiración contra el derecho, conspir- ación para obstruir un procedimiento gubernamental y la obstrucción de un procedimiento gubernamental.
Adicionalmente Trump enfrenta 87 cargos criminales más en otras tres jurisdicciones. El hecho de que sea la primera opción para la candidatura republicana mantiene la posibilidad de que pueda zafarse de su responsabilidad si es elegido.
Los esfuerzos de Donal Trump para estorbar los juicios como un criminal acusado están conectados con la misma meta de ser elegido para que pueda evitar el veredicto que lo mande a la cárcel. Es irónico que sus dos competidores para la candidatura republicana, Ron DeSantis y Nikki Haley, estén comprometidos a disculpar a Trump de ser elegidos.
El ataque a Pearl Harbor nos metió en la Segunda Guerra Mundial, el 9/11 nos involucró en guerras extensas en Irak, Afganistán y otras partes del Medio Oriente.
El 6 de enero es un poco diferente debido a que fuese un golpe de estado realizado por nuestra propia gente. Por esa razón es mucho más peligroso y expresa la falta de fe entre nosotros. En muchos lugares del mundo, el 6 de enero ha sido un momento de dar a otros. Nunca debe de tratarse de la pérdida de nuestra libertad.
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