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Negocio veterano de Pueblo depara un servicio a la comunidad

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Fuera de Pueblo no se menciona con mucha frecuencia el pionero James P. Beckworth. De hecho, no era hace mucho que pocos poblanos reconocieran el nombre.

Por generaciones el nombre no aparecía en las de historia de los estudiantes poblanos como tampoco en otras partes. Pero sin la decisión tomada por Beckworth de residir en la confluencia de los ríos Fountain y Arkansas a principios del 1850, es posible que Pueblo nunca llegara a ser la ciudad que es.

Beckworth, a la par con un grupo de cazadores y pioneros, estableció el pueblo. Lo que hace a Beckworth único entre ese grupo es que había sido un esclavo que, tras recibir su libertad, aventuró al oeste para vivir una vida que se puede describir como bella.

A pesar de contar con un grupo establecedor con un participante negro, Pueblo, la décima ciudad más grande de Colorado, sólo cuenta con una población negra de 3 por ciento. Yanera McCulley Sedillo y su familiar conoce a la mayoría de ellos y su negocio ha servido a muchos si no a todos.

La familia McCulley ha sido dueña de la única funeraria afroamericana de la ciudad desde 1968 y, mientras atiende a toda la ciudad, es la primera opción para una familia afroamericana cuando pierde a un ser querido.

“Conocer la cultura y las tradiciones, simplemente es otra forma de celebrar,” dijo McCulley-Sedillo. “En la cultura afroamericana es una celebración de ‘volver a casa’, un momento feliz.”

A pesar de un historial afroamericano fino en Pueblo, el Museo de Pueblo ha cometido un gran esfuerzo en recordar a sus visitantes la presencia indelible de afroamericanos en Pueblo y por todo el sur de Colorado.

En la conmemoración del Mes de Historia Negra del 2024, el museo se ha unido con Historia Colorado para contar las historias de dos capítulos significativos de la historia negra en la región. La exhibición llamada “La Sequía: El legado de mujeres negras en una comunidad agrícola,” narra la historia de una familia afroamericana del joven siglo 20 que, a pesar de las pocas probabilidades, decidió establecerse en un terreno que bien pudiera haber sido el lado oscuro de la luna. A pesar de su ubicación aislada – justo al sur de Manzanola – el terreno deparaba una independen- cia sincera y un refugio del racismo que infestaba mucho del país.

La exhibición explica como dos mujeres negras, aprovechando del Acta Homestead, vinieron al valle Arkansas con el propósito único de fomentar una vida carente de la ‘normalidad’ inhumana y discriminación que afrontaban los afroamericanos en otros lugares. Las hermanas incluso alentaban a otras familias negras a unirse con ellas, periódicamente viajando fuera del estado para pre- sentar su plan.

Se cuenta la historia de las hermanas Rucker, Josephine y Leonora, por medio de cientos de fotografía en blanco y negro, cada una inscrita con una explicación breve y escrita a mano de la gente o los lugares que hoy permanecen como momentos en el pasado.

La historia de “La Sequía,” y las familias McCulley for- man parte de la tela afroamericana en Pueblo y el sur de Colorado. En el caso de los McCulleys, la suya también es una extensión de la familia a quien compraron el funerario. Antes de que comenzaran a servir la comunidad afroameri- cana, la familia Jones – también afroamericana – era la que manejaba los detalles funerarios para las families negras de la ciudad, como también los de varias familias latinas.

La mamá de McCulley-Sedillo, Petra, era panameña y al llegar a Pueblo con su esposo, Charles, a menudo servía a las familias latinas que requerían sus servicios.

Hoy, mas de medio siglo desde la turbulencia de los años 60 cuando la familia llegó, McCulley-Sedillo dice que están arraigados a la comunidad y ofrecen a las familias el cuido y cariño que merecen durante momentos difíciles.

“Cuando veo a gente nueva, les doy un abrazo,” dijo McCulley-Sedillo. “Hablo con ellos y les dejo saber que si necesitan de algo, estoy aquí.”

Es lo que su padre les enseñaba, dice. “Tratar a la gente de la misma manera que quieres que te traten,” no era simplemente un consejo que observaba el Sr. McCulley. Era un lema fundamental.

Atender a las familias de luto, sin embargo, es solamente una faceta de la presencia McCulley en la ciudad. Extiende a su papel central en la celebración de Juneteenth en Pueblo, en honrar el legado del Dr. Martin Luther King, Jr., y participar en los concejos directivos, incluyendo la Fundación para Pueblo Central High School – la escuela a la que asistían los hijos de McCulley, como también otros eventos que demuestran el legado afroamericano de Pueblo y el sur de Colorado.

El negocio, dijo McCulley-Sedillo, es un asunto familiar. Todos los hijo McCulley tiene un papel importante y pronto su hijo se juntará al grupo. El hijo de McCulley-Sedillo completará sus estudios en ciencias funerarias esta primavera en Dallas y volverá a Pueblo como el siguiente enlace en el negocio.

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