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Dennis Santistevan, una figura de caridad en su comunidad

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Habrá tomado más tiempo de lo que se imaginaba y con algunos desvíos inesperados, pero por fin Dennis Santistevan ha llegado a casa. El residente de Costilla, Nuevo México hoy está donde debe de estar y donde quiere estar.

Santistevan creció en Kaysville, Utah, donde su papá residía mientras militaba en las fuerza aéreas. Cada verano, decía, su papá “me mandaba a Costilla” para estar con su abuela, Cora. Allí aprendía a amar la tierra y sus conexiones ancestrales.

En Costilla, Santistevan tiene su agencia de seguro, Farmers Insurance. La agencia, según Santistevan, es modesta. Aunque carece de clientes, los que sí acuden están recibidos con brazos familiares y fraternales.

Una agencia pequeña en una comunidad pequeña, dice, le permite conocer a sus clientes, muchos de los cuales él había conocido previamente al tocar puertas en la comunidad. A veces les explicaba los detalles de las pólizas y, cuando terminaba, conseguía sus firmas “allí mismo en el capó de su auto.”

Mientas pasaba los veranos en Costilla, se educaba en Kaysville ganándose su título de bachillerato en ciencias ambientales de la Utah State University en Logan.

Foto cortesía: Dennis Santistevan

Después de los estudios universitarios, Santistevan se inscribió en las fuerzas armadas donde pasó 20 años. Inicialmente se unió como soldado para luego subir en los rangos hasta ganar el título de sargento mayor con el emblema de la hoja de roble dorada. “Subí los rangos,” dijo.

Santistevan se jubiló de las Fuerzas Armadas en el 2004, exactamente 20 años después de inscribirse. Bromea que se hubiera quedado pero, “nade me ofreció más rango.”

Con los pies puestos en Costilla, Santistevan divide su tiempo entre la oficina donde contempla necesidades de seguro y la comunidad donde es un pilar del bienestar. Es dueño de la plaza central del pueblo y a menudo la abre gratuitamente para eventos comunitarios, incluyendo el Rio Costilla Studio Arts Tour, un evento anual para que los artistas locals y regionales muestren y vendan sus obras.

Aparte de abrir la plaza para el evento de arte, también la abre para que “la gente tenga dónde reunirse” para eventos como la Reunión Costilla-Amalia del 2019 y el 2023 en la cual se celebraban los 175 años de las familias Costilla y Amalia en el área. Ambos eventos con- taron con asistencia más allá de 2,000 visitantes. Pauline Rivera, publicadora de LaVozColorado y previa residente de Costilla, presidía ambos eventos. “Mi papel en los eventos se limitaba a deparar el espacio,” dijo. “Que fuera gratis es mi forma de dar a la comunidad.”

Mientras la agencia de Santistevan lo man- tiene ocupado, él se cerciora de dedicar tiempo de prestar ayuda a los veteranos que necesiten ayuda navegando un complejo sistema del Departamento de Asuntos de los Veteranos (VA por sus siglas en inglés) o que no puedan viajar.

“Es difícil para algunos ir a Albuquerque” donde el departamento estatal del VA está ubicado.

Se le complica a Santistevan mantener el enfoque en un tema cuando habla. Puede hablar por horas de lo fascinante que es la geneología y puede trazar sus propia raíces familiares a 1598 cuando los primeros conquistadores guiados por Juan Oñate aventuraron al terreno norteño conocido hoy como Nuevo México.

Dependiendo del tiempo que uno tenga, Santistevan puede contar sin fin anécdotas de los apellidos que arribaron con los españoles y ahora se hallan por Nuevo México.

“Pedro Chaves es mi primer pariente conocido,” dijo. Chavez llegó con la primera ola de inmigrantes europeos.

Los apellidos como Chavez, Cervantes y, dicho sea de paso, Santistevan a la par con otros están grabados. “Siempre recurro a los nombres que precedan el ADN,” alardea. Por coincidencia, su propio apellido, dijo, tiene origen vasco. El País Vasco (o Euskadi) es una comunidad autóno- ma española situada en el norte del país europeo. Pero la mención de cualquier apellido asociado con Nuevo México y él “lo puede conectar con su país de origen.”

Santistevan se considera un “aprendiz de por vida” que se profundiza en un libro con cada oportunidad. Bien puede ser un libro de jardinería un día y una crónica histórica el siguiente. Como sea, dice que nunca está lejos de material para leer.

Santistevan y su esposa criaron cuatro hijos, cada uno ahora crecido con sus propias carreras. Ahora con su esposa admite que no tiene más planes que el de dirigir su agencia y seguir estudiando su geneología. Dedica mucho de su tiempo a estudios de Albuquerque.

Pero si lo llaman porque el pueblo quiere presentar un desfile o poner un evento para reunir a la gente, está dispuesto a echar la mano. “Sepa dios,” dice. “Sólo él sabe. Estamos dispuestos para lo que sea.”

Foto cortesía: Donny Ruybal

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