Soplaba un viento de enero por la capital de la nación mientras miles escuchaban atentamente a Donald Trump quien hablaba tan abiertamente como durante cualquier momento de su presidencia. “Y luchamos,” declaró con intensidad y furia a la gente congregada. “Luchamos como nunca. Y si no luchas como nunca, ya no vas a tener un país.”
Sus palabras echaron leña al fuego.
Dentro de minutos la gente congregada, llena de adrenalina y rabia y lista para luchar como nunca como él lo había mandado e irrumpir la ceremonia de certificar la elección presidencial comenzó su marcha. Su líder mientras tanto tomó otro camino.
Desde la una de la tarde hasta las cuatro la gente congregada escaló muros, quebró ventanas, forcejeó puertas, sacrificó a uno de los suyos y profanó un símbolo de la nación.
Finalmente a las 4:17 de la tarde, después de hacer caso omiso a las peticiones de su cuerpo administrativo, le dijo a los profanadores que “volvieran a casa en paz,” y de manera desafiante agregó, “nos robaron la elección … ganamos por mil y todo el mundo lo sabe.”
¿Fueron las palabras y las acciones de Trump el día 6 de enero una llamada para la insurrección? La Corte Suprema de Colorado decretó el 19 de diciembre que sí y así lo descalificaron para las elecciones presidenciales. Pero ayer, la Corte Suprema estadounidense declaró de manera unánime que la Corte Suprema de Colorado estaba mal.
En su veredicto, los jueces dijeron que la constitución no permite a un estado descalificar a un candidato presidencial de un puesto federal. Aunque el veredicto fuese unánime, los tres jueces liberales de la corte escribieron una opinion por separado indicando que los jueces de la mayoría conservadora estaban equivocados. Los jueces Jackson, Karin y Sotomayor opinaron que la mayoría tomó una decision en un esfuerzo para “insular a todo alegado insurreccionista de acciones en su contra.”
En septiembre, seis coloradenses, incluyendo la senadora estatal republicana Norma Anderson, levantaron una querella para prevenir que Trump apareciera en las boletas presidenciales gracias a su papel en la insurrección. Basaron su queja en la sección 3 de la enmienda 14 de la constitución, la cual declara que ninguna persona puede asimilar un papel federal si se involucra en insurrección o rebelión después de haber tomado el juramento de respetar la constitución.
En una carta a la Secretaria del Estado Jena Griswold, los seis dijeron que sería inoportuno y una “abnegación de su deber” si Griswold permitiera que Trump apareciera en las boletas primarias o electorales.
Al anunciarse el decreto, Anderson, una líder republicana en ambas cámaras de la legislatura de Colorado, estaba en su casa en Lakewood mirando la televisión.
“Estaba decepcionada,” dijo Anderson. “No me sorprendió que no fallaran a nuestro favor.”
Lo que sí sorprendió a Anderson, quien ya no se con- sidera republicana, fue la interpretación de ‘insurrección’ por la corte.
“Es muy claro,” dijo. “Busca en cualquier diccionario… es un ataque al gobierno establecido. Eso es insurrección.”
Por mucho que el veredicto de ayer entristeciera a Anderson, quien sigue siendo una líder política respetada por miembros de ambos partidos y cuyo apoyo se busca con urgencia, la evolución de su previo partido le rompe el corazón.
“El partido me abandonó,” dijo. “No es el partido repub- licano al que me afiliaba. Ya no cuento con líderes como Eisenhower y Regan. Ese no es mi partido. Les llamo el partido MAGA.”
A Griswold, como a Anderson, el veredicto fue decep- cionante, pero tampoco la sorprendió. “Es preocupante que candidatos federales, en este momento, puede enfrascarse en acciones de insurrección sin tener que rendir su acceso a las boletas,” le dijo a POLITICO después de anunciarse el decreto. Resignada a aceptar el veredicto, Griswold ahora dice que “le queda al público americano rescatar la democ- racia en noviembre.”
Por su parte Anderson dice que aún no sabe por quién manda el voto en noviembre. Pero una cosa está escrita en piedra, “nunca votaré por (Trump),” frase que enfatizó momentos después. No descartaba el voto por Joe Biden tampoco pero agregó que “no tienes que votar por un partido mayoritario.”
Maine es otro estado donde buscaron sacar a Trump de las boletas pero el decreto del lunes aclaró la situación, según la Secretaria del Estado Shenna Bellows.
“A pesar de nuestros puntos de vistas individuales, respetaremos la constitución y las leyes y administraremos y contaremos los votos por el Sr. Trump tal y como nos ha indicado la Corte Suprema de los Estados Unidos.”
Hubo una reacción similar en Illinois donde también buscaban sacar a Trump de las boletas. Un portavoz del Concilio Electoral de Illinois dijo que el veredicto de la Corte Suprema del lunes fue la última palabra. Trump estará en las boletas primarias y si es el nominado del partido, en las boletas en noviembre.