Era un día típico de primavera en Trinidad. El sol brillaba en un cielo azul claro y soplaba un viento templado. Era el tipo de brisa que invitaba brazos cruzados o una chamarra para apaciguar el frío. Se hubiera requerido mucho más que el viento para ahuyentar a las masas que se habían juntado en Temple Aaron, una estructura que lleva presente en el pueblo minero 135 años.
Agregaron recientemente a Temple Aaron, el edificio de ladrillo rojo que se ubica en la esquina de la tercera y Maple, en el Registro Nacional de Lugares Históricos. La pequeña comunidad judía del pueblo estaba allí para presenciar el momento y con ellos las comunidades judías por toda ruta I-25 de el sur de Albuquerque hasta el punto norte de Fort Collins.
Aarón, en cuyo nombre es la sinagoga, es una figura importante en la biblia judía. Se dice que era el fundador del sacerdocio israelita y el hermano mayor de Moisés. Además se relata que era el impulso que sacaba a los israelitas de la esclavitud a un éxodo de 40 años por el desierto.
Hoy día un Aarón de la antigüedad ha llevado a cabo una reunión de Judíos del siglo 21 en un pueblo que muchos no sabían tenía un linaje judío.
Nunca había considerado que hubiera judíos en Trinidad. No sabía nada…que hubiera una sinagoga allí,” dijo el agente de bienes raíces de Denver, Neal Paul. Pero sí hay una; un edificio básico, construido con desgastados ladrillos rojos y adornado por dentro de maniobras meticulosas. Crean una luz acogedora las ventanas de vidrios de colores que descansa en la congregación.
Paul como muchos otros sólo supo de la sinagoga y su posible venta hace unos años. Desde entonces ha aprendido mucho. Y básicamente todo le ha sorprendido.
A pesar de la escasez de una conservación histórica de la comunidad Judía de Trinidad, los judíos han sido siempre una parte de la fábrica del pueblo, dijo Paul. “Los judíos que pusieron raíces en Trinidad, vinieron en su mayoría del este de los Estados Unidos,” dijo. Y entre ellos había muchos inmigrantes alemanes. El ferrocarril que cargaba pasajeros y artículos pesados desde el carbón a maquinaría, tenía una parada allí.
Los judíos que se establecieron en el pueblo conformaban una mezcla de la clase vendedora y la clase obrera que trabajaba en las minas del sur de Colorado.
Según Paul algunos eran latinos, descendientes de los primeros judíos de llegar a las Américas provenientes de España y Portugal. “Algunos se consideraban criptojudíos,” dijo. Criptojudíos son aquellos que guardaban secretos sus ritos religiosos profesando ser cristianos. “A muchos los obligaron a renunciar su fe judía,” dijo. “Escogieron vivir. Escogieron vivir pero mantener su fe.” Mientras hay regis- tros de su presencia, el número permanece un misterio.
Debido a la distancia, Paul, como muchos judíos que asistían al evento de marzo, no asisten a los servicios en el Temple Aaron. Pero en sus registros hay aproximadamente “90 miembros oficiales y 2 mil que están en la lista de distribución,” dijo Paul. El grupo se comprendía de judíos esparcidos por todo el país. Y tal y como él, dijo Paul, todos se consideran parte de un lugar de adoración histórico. Una nota reciente en Colorado Public Radio hizo mención de un streaming mensual por Zoom para estudiar la Torá.
El agente de Denver dijo que fue un momento especial ver el Temple Aaron con sus propios en su primera visita a Trinidad. “Cuando entras y lo ves, de cierta manera, es espectacular; no es el Taj Mahal o la Casa Blanca, pero una representación especial de mucha energía y dedicación proveniente de un grupo de personas que nos precedió. La designación histórica rinde un sentimiento que ya pertenece a generaciones futuras.”
El hecho de que Temple Aaron por poco tuviera que cerrar su capítulo en la historia de Trinidad, aún le pone a Paul, cuyos padres sobrevivieron Auschwitz, a contemplar. Muchos de los que se reunieron con él para la dedicación oficial compartían el mismo legado familiar de la ‘Solución Final’ de Hitler.
A pesar de que la población de Trinidad que según el censo estadounidense del 2020 contaba con 9 mil residen- tes, el pueblo está creciendo paulatinamente. Un impulso económico se ha manifestado en la región gracias a las leyes relajadas de Colorado contra la marijuana y la presencia cre- ciente de compañías de energía que buscan el gas natural en las minas de carbón abandonadas.
Aunque la Pascua es una observación cristiana, el domingo pasado era un día silencioso en el Temple Aaron. Pero Pésaj, el relato del éxodo judío de Egipto y una de las observaciones judías más importantes, es el 20 de abril.
Pero para personas como Paul, la designación en el registro federal de lugares históricos para Temple Aaron ahora significa que el pasado de Trinidad se ha proyectado a un siglo nuevo. La placa que adorna la estructura de 135 años relata una historia de resistencia básica pero importante. La placa relata que los judíos, como muchos otros americanos recién llegados, eran parte de la migración al occidente hacia el suroeste americano. Y que tuvieron “un papel vital en la vida cívica, económica y religiosa de la comunidad.”