El día de las madres ha llegado una vez más y tenemos que encontrar una forma de honrar a nuestras madres de manera que mostremos nuestro amor y cariño hacia sus contribuciones a nuestras vidas. Dicho eso, es difícil a veces mirar hacia atrás y enfrentar la complejidad de nuestra naturaleza que le hacía la vida difícil a ella, especialmente durante nuestra adolescencia y periodos de rebeldía.
Recientemente pasé tiempo en Veracruz, México como parte de un viaje profesional. Aparte del trabajo, hubo una serie de reuniones con amigos que hace tiempo no había visto.
Entre los amigos hay una familia que no había visto en casi dos décadas. Para ese entonces la madre tenía tres hijas y un hijo. Ahora cuenta con nietos de la misma edad que sus padres cuando yo los conocí hace tanto. Mucha de la conversación centraba en el papel materno ya que la ahora abuela había visto a sus propias hijas crecer y llegar a ser esposas y madres también.
Hubo varios momentos para comparar el papel materno de las hijas y sus experiencias con las de su madre mientras crecían. Cuando las conocí por vez primera hace años, las niñas estaban ent- rando en su fase de adoles- cencia y sufrían los dolores de madurez que vienen con esa etapa. Acordamos que la rebeldía es natural para esa edad.
Así eran los problemas que las hijas tenían con su madre cuando eran adolescentes. Durante nuestra conversación ligera, hablamos del hecho de que la historia se repetía en esta generación. Había momentos de humor entre temas serios.
Salí pensando que el ciclo de la vida nunca falla y los momentos entre los niños y sus padres son parecidos, particularmente aquellos momentos en los cuales la mamá es la constante. Pensé en los estudios exhaustivos que hice de la figure madre que como arquetipo cambia su papel dependiendo del crecimiento de sus crías.
The Great Mother: An Analysis of the Archetype de Erich Neumann es un libro que junta la dinámica evolucionaria del papel de la madre y como relaciona con sus hijos. En el libro se le dice “grande” porque es tanto positiva como negativa, buena y terrible dependiendo del desarrollo y experiencia de sus hijos.
En la infancia vemos al niño y la madre en un camino íntimo por el cual la madre nutre la vista del mundo del bebé y todo parece bien. Las siguientes etapas presentan una separación paulatina de identidades.
La adolescencia es la etapa más importante. A veces es dramática y a veces brutal ya que representa el esfuerzo físico y sociológico requerido para alcanzar la meta de crecer. Hay momentos en este proceso donde la madre (y el padre) se vuelven ogros que se tienen que vencer para alcanzar la meta.
Es una etapa peligrosa que hasta puede amenazar la estabilidad de una familia. En esta etapa la madre sigue ofreciendo su amor, compasión y sacrificio aunque sea la más afectada.
Para los que sean adolescentes, no se desanimen. Su madre los quiere a pesar de sus sentimientos de represión, rivalidad para afección, frustración e incluso de odio. Realmente se trata de emprender la batalla de todos los adolescentes.
El día de las madres honra su amor para nosotros. Es una oportunidad para devolvérselo.
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