Nota de la Editora: Debido a que el siguiente incidente ocurrió después de mandar la edición a imprimir, no se incluye en la nota a continuación. Un ataque por aire de Israel en Rafa mató a cuando menos 45 personas, entre ellas mujeres y niños. El Primer Ministro Netanyahu ha clasificado el ataque “un accidente trágico.” Rafah se había etiquetado como “zona segura.” Netanyahu ha jurado una investigación completa.
Han pasado varios meses desde que Hamas y terroristas palestinos atacaron un festival de música en Israel y mataron a una suma calculada de 1,200 israelíes. Además tomaron rehén a 250 hombres, mujeres y niños, entre ellos 31 estadounidenses. El ataque sorpresa, que había advertido inteligencia estadounidense, fue grotesca. Muchas de las víctimas fueron quemadas y mutiladas al grado que algunos se tuvieron que identificar por las ciencias forenses.
Como retribución, Israel ha desplegado un contraataque en masa por tierra, mar y aire que ha rendido una suma de 35 mil muertes gazatíes, una suma estimada de 80 mil gravemente lesionados y hasta 1,8 millones gazatíes sin residencia.
Mientras hay protestas a veces violentas y a menudo ruidosas contra la ofensiva de Israel, también hay una condenación parecida hacia Hamas. La culpa es para los dos.
El viernes pasado, la Corte Internacional de Justicia de las Naciones Unidas condenó a Israel por su ofensiva y decretó que le pusieran fin. Pero hasta la fecha, nada ha cambiado. Según Ahmed Abdrabou de la escuela Korbel de estudios internacionales de la Universidad de Denver, no hay esperanza de que esto cambie pronto.
“La única forma para ponerle fin a esta guerra es buscar un alto al fuego seguido por negociaciones por la entrega de los rehenes israelíes y la libertad de los presos palestinos.” El experto en relaciones internacionales dijo, un segundo paso ideal sería entablar conversaciones con el tema de un estado palestino independiente, una idea que se considera lejana dada la situación actual con el gobierno israelí.
Mientras buena parte de la comunidad internacional ve la sabiduría de la idea, Abdrabou agrega que a menos que el gobierno israelí cambie de forma significativa, es decir con un cambio de primer ministro, nada va a cambiar. El Primer Ministro de Israel Benjamin Netanyahu ha jurado nunca dejar establecerse un estado palestino.
Abdrabou acepta que ambas ideas son de ficción. “Es fácil decir pero implementarlo va a ser difícil con el primer ministro actual.” Netanyahu ha jurado repetidamente que “busco control seguro y completo de todo el territorio al oeste del río Jordan,” lo cual es Gaza.
La guerra ha dado lugar a miles de protestas entre ambos bandos. Los grupos simpatizantes con Israel condenan a Hamas por las barbaridades ejecutadas el 7 de octubre y sus ataque continuos contra Israel, aunque de escala menor. Mientras tanto los partidarios de Palestina critican el bombardeo letal a Gaza y las restricciones estrictas contra la repartición de alimentos, agua y medicamentos en Gaza. Los partidarios de Palestina hasta ha clasificado de genocidio la ejecución de guerra de Israel.
El viernes pasado la Corte Internacional de Justicia de las Naciones Unidas mandó una orden a Israel que considere sus obligaciones bajo la Convención para la Sanción del Delito de Genocidio y le ponga fin a su ofensiva en Rafah, una ciudad en el sur de Gaza.
El Rabbi de Denver emerita Birdie Becker condena la brutalidad. “No entiendo cómo una persona con corazón puede ver eso sin tener asco. Entiendo, claro, que es una guerra y la guerra es siempre horrible.” Pero la guía espiritual de antaño dice que la culpa es de Hamas. Becker reconoce las imperfecciones en la relación de los dos vecinos. Pero argumenta que Israel tiene una historia de trabajar con gazatíes. “No conozco ningún país que le depara a su enemigo suministros, infraestructura y alimentos, sin mencionar la advertencia dada antes de cada ataque para que busquen terreno seguro, como lo hace Israel.”
Becker también señala el crecimiento súbito en casos de antisemitismo durante los últimos años. “La normalización del odio y ‘marginalización’ ha creado un crecimiento de casos de antisemitismo desde el 2015,” dijo. Agregó que las muchas llamadas por intifada y el califato occidental son declaraciones por personas que no entienden su verdadero significado. Es una campaña contra los que no entienden Hamas ni sus metas.
“Se aprovechan (Hamas) de los palestinos que viven en Gaza,” dijo. “Tomaron todos los fondos dados a los gazatíes y construyeron túneles subterráneos y armas de guerra.” Hamas, argumenta, ha declarado su intento sin equivocaciones de “aniquilar el estado de Israel y exterminar los judíos de la tierra.” “Eso,” dijo Becker, “es genocidio.”
El Convenio de Hamas del 1988 declara claramente que su meta es “la destrucción complete de Israel como una condición esencial para la liberación de Palestina y el establecimiento de un estado teocrático basado en la ley Islámica.” Hamas llevará a cabo, dice, una guerra sagrada (jihad) para
“lograr su objetivo.” Un juramento parecido lo declaró contra Hamas el ministro de defense de Israel, Yoav Gallant, un poco antes del ataque del 7 de octubre. “He pedido el asedio total de la Franja de Gaza,” dijo Gallant. “No habrá electricidad, ni agua, ni petróleo, todo está cerrado. Luchamos contra animales feroces y nos comportamos igual.” Ni él ni el gobierno israelí ha retractado esas palabras. Mientras hay paros en los ataques de Israel, mucho del daño físico en Gaza se ha realizado. Se calcula que reconstruirlo, comenzando hoy, llevaría mínimo catorce años.
Ahora ni se habla de reconstrucción ya que la única meta para miles de gazatíes desamparados es sobrevivir. Israel controla los puntos de entrada y salida por todo desde alimentos hasta combustible, por lo que la supervivencia se ha vuelto problemática para miles.
“Tanto Bibi (Netanyahu) como los líderes de Hamas han cometido crímenes de guerra y ambos deben de verse enjuiciados en la Corte Penal Internacional en La Haya,” dijo Abdrabou. Netanyahu por perseguir la guerra para “prolongar su carrera,” dijo. Y los líderes de Hamas por el ataque del 7 de octubre y por seguir juramentando la exterminación de Israel.