Hay varias maneras para describir a Donald Trump. Una, más que cualquiera, le va a seguir por la historia. Convicto. El jueves pasado el Presidente de los Estados Unidos número 45, llegó a ser el primero en verse culpable de delitos federales en una corte de justicia.
El jueves a las 2:20 p.m. hora local, un jurado de siete hombres y cinco mujeres mandaron una nota al juez de la Corte Suprema de Nueva York, Juan Merchan que había llegado a su veredicto. Dentro de una hora el hombre que se había jactado de “siempre tener la razón” y milagrosamente había evitado la justicia por años, se quedó sentado molesto mientras el portavoz del jurado le declaró culpable de 34 crímenes federales.
Inmediatamente después de darse el veredicto, el séquito de Trump – compuesto de candidatos perdedores y congresistas republicanos – criticó individualmente a los fiscales, el juez y el jurado como lo había hecho Trump en varias ocasiones. El juicio, dijeron con comentarios ensayados, era innecesario, “una farsa…una broma e injusto.”
Según el abogado Ryan Brackley que había sido fiscal en Manhattan antes de mudarse a Colorado, el juicio no fue así. “El caso se presentó meticulosamente y sólo requirió un juicio,” dijo. El juez Merchan simplemente hizo su trabajo, agregó Brackley.
“Conocía al juez Merchan en Nueva York,” dijo Brackley, ahora abogado privado en Boulder. Las críticas de que Merchan no fuese imparcial o que lo hubiesen elegido con el propósito de arruinar a Trump, son absurdas y sin evidencia, dijo. “Los jueces se asignan al azar en un caso como este.”
Subrayó que Merchan “tiene un historial y una reputación de ser justo e imparcial.” Juzgar este caso presentó “unas circunstancies extremas y sin precedente,” agregó. Era el acusado y no el juez que creó el drama y el cuestionamiento del caso.
Durante el juicio que duró 22 días, el comportamiento de Trump, que consistía en dormir en el tribunal, hacer gestos animados y criticar en voz baja los veredictos de Merchan, resultó en 10 acusaciones de desacato al tribunal y $10 mil en multas.
La rueda de prensa del expresidente el día después de darse el veredicto final estaba repleta de acusaciones de favoritismo y persecución, como han sido la mayoría de sus ruedas de prensa últimamente. En más de una ocasión criticó a Merchan de manera pueril y racista, llamándolo ‘conflictivo, chueco y subrayando el hecho de que Merchan viniera a los Estados Unidos desde Colombia en su niñez. “Miren de dónde viene,” dijo Trump en más de una ocasión durante el juicio.
La rueda de prensa de Trump cubrió todo lo que había criticado desde la sugerencia de que su equipo jurídico se veía maniatado con respecto a los testigos hasta las caracterizaciones exageradas de los procedimientos.
“No pudimos usar a nuestro experto de elecciones…todo esto lo realizó Biden y su gente…nunca ha habido un juez más conflictivo…pretenden mandar a la cárcel 187 años,” clamó Trump el día después del veredicto. Una investigación de los hechos comprobó que sus acusaciones eran falsas.
El juez Merchan no le negó entrada al experto de elecciones de Trump, pero sí puso limites a su testimonio. El equipo jurídico de Trump no hizo esfuerzo para mandar al tribunal al experto. Otros testigos fueron la simpatizante y previa portavoz de Trump, Hope Hicks y el previamente abogado personal de Trump, Michael Cohen.
El caso fue uno del estado de Nueva York y no presentado por el Departamento de Justicia de la administración Biden como alega Trump. Además, las investigaciones de los pagos silenciadores comenzaron en el 2018 muchos antes de que Biden fuera elegido.
¿De dónde sacó la sentencia de 187 años Trump? Una vez más se trata de matemáticas surrealistas. Cada uno de los 34 cargos trae una sentencia máxima de cuatro años – un total de 136 años si las sentencias se dieran consecutivamente. Casos parecidos en Nueva York han resultado en sentencias de uno a cuatro años de cárcel. Es posible que el juez busque una sentencia estatutaria sin encarcelamiento. Ese debate continúa.
Pronto Trump se debe de reportar para una entrevista con los oficiales de la corte después de la cual Merchan tomará una decisión con respecto a su sentencia.
“Va ser una pesadilla logística,” dijo Brackley. El encarcelamiento potencialmente signifique que Trump se reúna con su ex director financiero Alan Weisselberg, quien ahora está en la isla Rikers por perjurio. “Es un hombre que tiene la protección del Servicio Secreto…¿puede eso ser un factor? Merchan tendrá que arreglárselas para implementar una sentencia.”
Según Barckley, Merchan tiene que decidir si a un hombre de 77 años – aunque sea un expresidente – se le puede tratar como cualquier convicto.
“El jurado lo declaró culpable convencidamente” de falsificar sus documentos comerciales para encubrir el pago de $130 mil a una estrella de películas adultas antes de las elecciones del 2016. El juez también tiene que pesar la falta de respeto hacia él y su tribunal, dijo Brackley. Los 10 incidentes de desacato al tribunal de Trump, dijo, muestran que él “les faltaba el respeto al juez y a los testigos.”
Los abogados de Trump anunciaron que apelarán el veredicto. La decisión en cuanto a la apelación no se tomará hasta después de su sentencia el 11 de julio. Los que tienen conocimiento del caso han dicho que no se van a sorprender su la apelación sea exitosa. Hay elementos legales que pueden inclinarse a favor de Trump.
Se espera que el equipo jurídico que Trump argumente que la ley bajo la cual lo hallaron culpable – la ley estatal contra la falsificación de documentos empresariales – se extendió para incluir una violación federal de campaña. Con ese punto, según Brackley, todo puede oscilar a favor de Trump. “Hay varios asuntos que son nuevos,” entre ellos las instrucciones dadas al jurado que se tomarán en consideración en el proceso de apelación.
Una cosa que notaron Brakley y muchos otros que seguían el juicio fue el séquito de simpatizantes de Trump desde miembros del congreso hasta gobernadores que se vestían uniforme y procuraban influencia al jurado o, posiblemente, a Trump.
“Eso no se vio bien,” dijo Brackley. “Los miembros del jurado se fijan en esas cosas…vieron el espectáculo por lo que fue.” La representante de Colorado en el congreso nacional Lauren Boebert se hallaba entre el grupo. Otros presentes para el juicio, entre ellos algunos candidatos para la vicepresidencia, eran los senadores Rick Scott y Tim Scott, el candidato a la presidencia olvidado Vivek Ramaswamy y el gobernador de North Dakota Doug Burgum.
El recio veredicto no sorprendió ni a los simpatizantes de Trump ni a sus detractores. Tampoco sorprenderá una sentencia suspendida, de libertad condicional o de cárcel para Trump. Varios oficiales dicen que Trump debe ser encarcelado. El exalcalde de Denver y secretario presidencial Federico Peña cree que Trump no debe de recibir un tratamiento distinto a cualquier otro ciudadano.
“Trump ha se ha ganado los 10 incidente de desacato al tribunal sin repercusiones,” dijo Peña. El juez Merchan va a revisar la conducta de Trump y sus otros casos criminales pendientes y “determinará si el acusado se arrepienta de su conducta,” agregó. Si la sentencia de Merchan incluye tiempo de cárcel, dijo Peña, “apoyaría su decisión.”