El Presidente de México Andres Manuel Lopez Obrador (AMLO) y Donald Trump, el expresidente y próximo nominado republicano para la presidencia del 2024, han estado en conflicto con sus sistemas jurídicos respectivos. En el caso de AMLO el conflicto tiene que ver con la agenda del partido dirigente que ensaya una llamada cuarta transformación diseñada para eliminar la corrupción de agentes públicos y volver a implementar los ideales populistas de la Revolución Mexicana.
Tras seis casos de bancarrota, más de 4 mil casos civiles incluso algunos de conducta personal, dos juicios de destitución durante su presidencia y 94 cargos criminales – 34 de los cuales han sido enjuiciados – Trump ha llegado a un punto de faltarle el respeto al sistema jurídico a propósito como también a las autoridades policiacas, los tribunales, los jueces, el jurado y el proceso legal. Además ha polemizado el proceso legal y pretende efectuar algún tipo de venganza siempre y cuando beneficie su agenda populista para extremistas.
Para AMLO y MORENA, el partido en poder, la estrategia a largo plazo es dirigirse a su situación política cuan- do hayan obtenido suficiente poder en la cámara de diputados para modificar la Constitución mexicana. El blanco para los cambios en la administración por venir es alterar radicalmente el sistema jurídico comenzando con la corte suprema y los jueces por todo el país. Al corazón del plan es cambiar la Constitución para que los jueces de cada nivel sean electos en lugar de asignados de por vida como es el caso ahora. Esto polemizaría la tercera rama del gobierno que con ese plan tendría que buscar votos por medio de una campaña como cualquier político.
Para modificar la Constitución, el partido en poder y sus aliados tienen que ganar dos tercios del voto mayoritarios en ambas cámaras. En las elecciones en junio MORENA y sus dos aliados lograron superar la barrera de dos tercios en la Cámara de Diputados y cuentan con una mayoría significativa en el senado.
El pensamiento general es que la nueva Presidenta del mismo partido Claudia Sheinbaum Pardo consiga los votos necesarios para realizar los cambios constitucionales. El concepto de una elección de jueces va de acuerdo con la noción populista de responsabilidad transparente.
En los Estados Unidos, Donald Trump ya ha consolidado el poder en la Corte Suprema al asignar a tres jueces conservadores a la corte con los tres que ya estaban allí durante su presidencia. Son las instituciones jurídicas en el Departamento de Justicia que han sido los blancos de críticas de Trump y sus aliados en el congreso.
El plan republicano para el FBI y otras agencias de justicia es adquirir a agentes civiles “deseable” cuyos valores politicos estén conformes al partido. También está el motivo personal para Trump de llegar a ser presidente de nuevo, ya que eso lo ayudaría a borrar los cargos criminales que enfrenta.
No es de sorprender que un gran cambio al sistema jurídico se halle entre los planes del liderazgo mexicano. Ha sido el área principal de abuso, corrupción y la herramienta que usan los poderosos para controlar a los débiles.
En los Estados Unidos, lo opuesto es cierto. Las instituciones jurídicas hasta ahora se han mantenido firmes frente a la presión de ambos partidos en nuestra nación dividida. Los meses venideros constituirán una prueba crítica para las instituciones jurídicas en ambos países. Esto va en serio.
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