Para los de cierta edad, la idea de que la Union Avenue en Pueblo fuese algún día un centro donde uno pudiera pasar la tarde comprando anticuados o disfrutando de una merienda en un bistro, sería cosa de ficción. Pero la Union Avenue ha cambiado — dramáticamente.
Tan reciente como los 1970s, la vieja Union se describía con varios adjetivos, ninguno positivo. Ambos lados de la calle estaban repletos de bares – pocos, o ninguno – era de calidad. Pero hoy día el viejo centro es una de las áreas más activas de la ciudad. Tiene tiendas de anticuados, boutiques, restaurantes y una de las panaderías más codiciadas de la ciudad.
Allí, cerca de la esquina de Union Avenue y la B Street, al pie del puente de Union Avenue, está Hopscotch Bakery donde los nuevos dueños Erika y Cecelio Huizar, con su pequeño grupo de panaderos, confeccionan galletas cinco días a la semana. También tienen una carta para almuerzo y merienda con sándwiches, quiche y más. Hay helado también para el deleite.
Desde hace dos décadas que Hopscotch se halla en la Union. También ha contado con varios dueños. Hoy, los Huizar mandan. Cecelio es el panadero, Erika la artista.
“Hago las decoraciones,” dijo Erika con una sonrisa. “Quiero que todo se vea bien y comestible.” Cecelio, por otra parte, sabe manejar la cocina. Fue la primera dueña de Hopscotch, Mary Oreskovich, que le enseñó la destreza.
Le enseñó a perfeccionar cada una de las galletas que se cocinan a diario y se agotan a diario que sean 50 o 100. “Al fin de cada día, todas están vendidas,” dijo Erika Huizar.
A pesar de su inexperiencia como dueña de una panadería, ella puede recitar los nombres de cada galleta en el mostrador, técnica que se usa para atraer a clientes.
En los días corridos, se nota la fila de clientes formarse en las afueras de la panadería. Adentro solo hay espacio para una docena de clientes. Las reseñas en línea sugieren que sin importar ni la hora del día ni la estación, los clientes reciben el mismo servicio de calidad. Algunos sólo compran su galleta y su café mientras otros prefieren las otras delicias en la carta. Sin embargo son las galletas que se venden.
“Hacemos las snickerdoodles, piezas de chocolate, muerte por chocolate, mantequilla de maní, jengibre cru- jiente, la Lemon Lip Knocker, avena, royale de frambuesa, confetti, y la todo para todos,” dijo Erika, quien nació en Juárez, México. “Creo que la royale de frambuesa y la todo para todos son las más populares.” Hay más sabores que los mencionados también.
Aparte de los clientes que visitan la tienda, Hopscotch también ofrece servicios de catering para “iglesias, escuelas, Pueblo Community College y El Pomar,” o a cualquiera que “necesite galletas para su evento.” No sucede a diario pero Erika dice que han recibido pedidos por otras partes del país e incluso lugares tan lejanos como Alemania. Un cliente regular que reside en Wisconsin, pide con regularidad algo que Erika llama ‘Hippie Bread’ (pan de Hippie), una variación de pan integral.
Aunque naciera en Juárez, como muchos del área, Erika creció en El Paso, Texas. Solamente el río Grande separa las dos ciudades y antecedentes como el suyo son comunes. Se mudó a Pueblo en 1991 y pasó la mayor parte de su tiempo profesional trabajando en una tienda ARC. Su esposo, dijo, vino a Pueblo “hace 23 años.”
Mientras los Huizar sólo han tenido las llaves de Hopscotch un par de meses, Erika dijo que es muy importante para ellos mantener su reputación.
El Pueblo Chieftain ha nombrado Hopscotch la mejor panadería de Pueblo en varias ocasiones basándose en su encuesta para “Lo mejor de Pueblo.” La pareja quieren que siga siendo el paradero para galletas en Pueblo.
En una escala de 1 a 10, Erika – reconociendo que tiene mucho por aprender – califica sus habilidades como empresaria de entre “cuatro o cinco,” pero añade que el trabajo de su esposo es un 10.
A pesar de aventurar a un mundo desconocido, Erika dijo que cree “que es un buen negocio, pero podemos mejo- rar.” Con la llegada del verano y la Feria Estatal de Colorado a punto de comenzar en unas semanas, los Huizar saben que tienen que lucir.
Erika seguirá trabajando en la estética del negocio, decorando los pasteles y las galletas, creando canastas de regalo y asegurando que cada producto tenga un toque personal. Su esposo, mientras tanto, seguirá dirigiendo la cocina.
Mantener las luces encendidas es un trabajo familiar. La hija mayor, dijo, es la gerente de Hopscotch. “Ella hace el papeleo y la nómina, también toma los pedidos.” La pareja también tiene dos hijos más pero ellos, “solo vienen a comer,” dijo con una risa.
Hopscotch está ubicada en la 333 S. Union Avenue y está abierta a diario de martes a sábado desde las 9 a.m. hasta las 3 p.m. Para hacer pedidos, llame al 719-542-4467.