
Volaris, la aerolínea más grande de México, ha firmado una alianza con Hainan Airlines de China como un paso más en la profundización de la relación económica entre ambos países. En función del desarrollo de su situación comercial con Estados Unidos, México, que no impone condiciones políticas a su comercio internacional, está implementando medidas para asegurar su continuidad como la capital industrial del continente.
El cambiante papel económico de México en Norteamérica se debe principalmente a la decisión de Estados Unidos de aislarse de sus aliados y adversarios. La cultura arancelaria que se avecina está diseñada para ser el pilar de una política deliberada de recortes y un ejemplo de un esfuerzo calculado para retirarse del liderazgo mundial.
Asociada al liderazgo económico global se ha visto una fuerte presencia política, subrayada por un poderoso ejército siempre disponible, a medida que los pueblos de diferentes regiones encuentran su voz y desarrollan sus instintos democráticos. Esto también está cambiando. El presupuesto que se encuentra actualmente en el Senado de Estados Unidos propone mantener, en general, los beneficios fiscales para los oligarcas ricos, aumentar el gasto militar y reducir los beneficios para el resto. Parte de los planes para el gasto militar incluye el desarrollo de un sistema de defensa antimisiles “Cúpula de Hierro” para proteger la patria.
El énfasis en proteger la patria a expensas de proteger también a nuestros vecinos, aliados y amigos en todo el mundo es otro símbolo de la abdicación del liderazgo mundial. Estados Unidos está en vías de restringir voluntariamente sus mecanismos de defensa para incluir únicamente el territorio estadounidense.
Cuando Estados Unidos fue prácticamente “arrastrado” a la Segunda Guerra Mundial por el ataque del Imperio japonés a Pearl Harbor, existía un sentimiento general de rectitud al declarar la guerra. Poco después, cuando Hitler declaró la guerra a Estados Unidos, nuestro país se convirtió en un aliado pleno en la lucha contra el fascismo.
La fortaleza económica y el ingenio de Estados Unidos propiciaron una guerra en dos océanos y la victoria en ambos frentes. El resultado llevó al país a convertirse en un gigante económico y una superpotencia militar.
Al enfrentarse a la Unión Soviética durante la Guerra Fría, Estados Unidos finalmente prevaleció porque su adversario era una superpotencia militar, pero carecía de la base económica para sustentar sus ambiciones territoriales.
Tras la caída de la Unión Soviética, Estados Unidos se convirtió en la única superpotencia. Su poderío económico y militar le permitió proyectar su fuerza, dar ejemplo como estado democrático, contribuir a las reglas del comercio internacional y facilitar el desarrollo de sus socios en todo el mundo.
Ese orden mundial está ahora en peligro. El país corre el riesgo de perder a sus aliados y envalentonar a quienes buscan ocupar su lugar. Entre quienes se encaminan hacia el poder mundial se encuentran China, que proyecta una fortaleza económica que promete superar muy pronto a la de Estados Unidos, y un complejo militar-industrial que está causando mucho ruido.
Estados Unidos está en condiciones de aceptar el desafío de la competencia comercial internacional sin una confrontación militar ni una guerra. En cambio, el liderazgo estadounidense parece haber decidido “tirar la toalla” y eludir sus responsabilidades.
En casa, el principal motor del progreso de nuestro país, el inmigrante, está siendo desalojado. A largo plazo, la reducción por motivos raciales no impedirá que el país tenga un futuro marcado por el color.
En el extranjero, Estados Unidos está cediendo las llaves del comercio mundial a China. Esta abdicación se está convirtiendo rápidamente en el símbolo más fuerte hasta la fecha de la decadencia cultural.
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