Debió haber aclarado el asunto de la elegibilidad del ex presidente Donald Trump en las balotas primarias de Colorado la decisión 4-3 por la Corte Suprema de Colorado que confirmó que el ex presidente Donald Trump cometió un acto de insurrección. Pero no lo hizo. De hecho, ha creado una división entre detractores de Trump que están contra de la decisión y los constituyentes que están a favor.
La declaración del martes pasado fue histórica. Ningún estado jamás hubiera renegado a un candidato para la presidencia un lugar en las balotas bajo la sección 3 de la enmienda 14 de la constitución estadounidense. Como no tiene precedencia, el veredicto ciertamente llegará a las manos de la Corte Suprema para que tome una decisión final.
Los cuatro jueces que afirmaron que Trump no debía de estar en las balotas debido a su papel en la insurrección, fueron los jueces Richard L. Gabriel, Melissa Hart, Monica Márquez y William W. Hood III. Los que no estaban de acuerdo fueron el juez superior Brian Boatright y los jueces Carlos Samour y Maria Berkenkotter.
Para llegar a este punto uno primeramente tiene que conocer el nombre de Norma Anderson. Ella es la ‘Anderson’ en el caso ahora histórico de ‘Anderson v Grisold’ que adjudicó la Corte Suprema estatal. Anderson, para los que sean nuevos a Colorado, es la que una vez trabajaba con ambas casas republicanas en la legislatura estatal. También ganaba el respeto en ambos lados de la cámara de representantes por su liderazgo y sus habilidades políticas. Griswold es Gena Griswold la Secretaria del Estado cuya oficina se encarga de los nombres que se pongan en las balotas del estado.
Una republicana sin reproche, Anderson dijo que ese 6 de enero 2021, un día en el que ella estaba pegada a la cobertura como cualquier otro del intentado golpe de estado al capitolio nacional por Trump y sus partidarios, fue una insurrección inspirada por Donald Trump, quien estaba al mando. El decreto por la corte alta de Colorado sólo confirmó lo que ella vio.
“Estaba asombrada. No podía creer lo que veía. Duró todo el día,” dijo en una entrevista telefónica reciente. “Lloré. ¿Qué pasaba? Así es nuestra democracia” Lo que hizo más dolorosas las imágenes en la televisión fue la inacción de Trump, Anderson recordó. “El presidente es la única persona que puede llamar a la Guardia Civil y no lo hizo. Él estaba contento de mirarlo suceder. Estaba encolerizada.”
Debido a la naturaleza histórica del decreto, como también la diferencia de opinión masiva respecto a si la reacción de Trump – o falta de reacción – alcanzara el nivel de insurrección, el caso ha creado socios raros.
Por ejemplo, el congresista demócrata de Maryland y escolar constitucional Jamie Raskin y el juez republicano federal y jubilado J. Michael Luttig, a quien consultó el ex vicepresidente Pence antes de certificar los votos de la elección presidential del 2020, están de acuerdo con el decreto. En desacuerdo están la ex senadora demócrata Claire McCaskill y el ex fiscal de Trump Bill Barr quienes le llaman una victoria para Trump.
La decisión de la corte ha creado un problema complejo en Colorado. Griswold, por cierto, tiene que crear las balotas para las elecciones primarias del estado fijadas para el 5 de marzo. Pero la incertidumbre de si la decision permanece y Trump se puede presentar en la balota, la ha obligado a Griswold esperar hasta el 4 de enero antes de que pueda dar paso a las balotas para las elecciones primarias. Sin un decreto departe de la corte suprema, Griswold y el resto de la nación permanecerán en las tinieblas. Cierto número de estados están contemplando la misma cuestión que acaba de contestar la corte suprema de Colorado.
“Si el caso no se presenta en la Corte Suprema o si la Corte Suprema afirma la decisión tomada por la Corte Suprema de Colorado, Donald Trump no estará en las balotas,” dijo la oficina de la Secretaria del Estado en respuesta a una pregunta planteada por LaVozColorado. “Los votantes,” agregaron, “no podrán votar por Donald Trump en Colorado y los votos escritos para Trump no se contarán.” “Trump,” dijo la oficina de Griswold, “no ha presentado el papeleo para que sea un candidato para votos escritos.” Griswold ha dice que seguirá cualquier decisión de la corte que sea vigente al momento de certificar las balotas.
Tanto Griswold como Anderson han confirmado que son blancos para amenazas de muerte y otros mensajes de cólera debido al decreto histórico. Inmediatamente después de que se presentara el caso de Anderson v. Griswold, las amenazas de muerta hacia Griswold comenzaron, ésta confirmó. Ella contó 64 amenazas de muerte y 900 amenazas de abuso no mortal. Pero la realidad es que Griswold no tenía nada que ver con el caso. Fue el grupo guiado por Anderson, que incluía a cuatro republicanos y dos demócratas que presentó el caso.
Anderson, quien presume sus convicciones republicanas con orgullo, dijo que ha recibido muchas llamadas pero ninguna de parte de “un republicano.” “Mi partido que me dio vida, me crió, en el que he trabajado y que me eligió era un partido que creía en negocios fuertes, una economía fuerte y una defensa fuerte,” dijo. “Estaba orgullosa de ser parte de un poder mundial y eso se ha desvanecido.” El partido al que ella servía, dijo, es el partido de Trump. Ella dijo que sus críticas y la gente de Trump, le llaman una RINO, republicana de nombre únicamente.
Mientras ha habido muchas especulaciones en cuanto a qué sigue después del veredicto histórico de Colorado, sólo ha habido silencio de parte de la Corte Suprema. Puede que queden dos opciones realistas. La mayoría concuerda que la opción más probable es que la Corte Suprema reniegue la decisión de la Corte Suprema de Colorado.
