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Ed Barnhart nos conecta a las civilizaciones antiguas

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Ed Barnhart nos conecta a las civilizaciones antiguas Sería una cosa si sólo fuera viajero del mundo, pero el residente de Longmont Ed Barnhart es más que eso. Una mejor descripción del hombre sería viajero del tiempo ya que conoce las civilizaciones antiguas tan bien como cualquier persona. En el mundo de la arqueología, Barnhart es de los mejores del mundo.

Sin el estilo del arqueólogo famoso de Hollywood, Indiana Jones, Barnhart puede acaparar la conversación sea que hable de los caminos por varios continentes que ha atravesado o de los deleites culinarios que ha probado. Sus descubrimientos e investigaciones lo ponen en compañía exclusiva.

Sus descripciones vívidas de Machu Picchu en Perú o el tono que emplea para describir Angkor Wat en Camboya, pueden ser inspiradores. Dijo de Angkor Wat que es el lugar más fascinante que ha estudiado.

Su deseo de investigar quienes erigieron los monumentos de mundo empezó inocentemente cuando era un niño en Irving, Texas. Sus padres, dijo, permitían que él simplemente explorara las cosas en su alrededor.

Para obtener estas oportunidades, Barnhart comenzó con un diploma en arqueología de la Universidad de Colorado. Ahora nuevamente en Colorado dice que está en casa; pero anhela volver a cualquier lugar que le permita volver al pasado y aprender más de la gente que creó el mundo antiguo.

“Hay una curiosidad innata de nuestro mundo,” dijo al describir su pasión. “Es una que toda la humanidad comparte … y te da una vista amplia del mundo.”

Habla de la arqueología en la misma forma que un artista habla de sus obras. Lo que pasma a otros, es simplemente lo que Barnhart hace profesionalmente.

La arqueología, dice, se trata de encontrar algo nuevo para explicar el pasado. No relata historias de antigüedades exóticas sino habla plenamente del pasado. Sin embargo ha habido esos momentos surreales. Un ejemplo es la Isla de Pascua o Rapa Nui como la llaman los residentes locales.

Es un terreno de 62 millas cuadradas ubicado 2,3 mil millas al oeste de Chile. Es el ejemplo perfecto de aislamiento, un terreno en medio de la nada en el lado sur del Pacífico que ha albergado a figuras monolíticas que por siglos han mirado fijamente a un abismo. “Es asombrante,” dijo Barnhart de las estatuas icónicas de la isla. “Hay más figuras de lo que la gente se imagina.” Cada figura está hecha de piedra minada del lecho de la isla antes de que fueron puestas a donde están hoy. Su creación es obra de arte y su ubicación una obra de ingeniería. La isla es única, dijo, y no solamente por las estatuas. “Hay una historia antigua y se puede aprender mucho de las personas que siguen allí.”

Tomando un café en el nuevo hogar familiar que compró en Longmont, Barnhar habla de las muchas paradas que han estado en su itinerario durante las últimas décadas. Muchos de los sitios que ha visitado se pueden hallar en una lista de mejores destinos para visitar, otros pueden considerarse menos reconocidos.

Cuando el canal History busca a un experto, suelen llamar a Barnhart para su análisis en varios campos, entre ellos el debate del astronauta antiguo. Afirma que no cree que los extraterrestres tuvieran un papel en la arquitectura antigua del mundo. Las figuras que se asemejen a alienígenas o los garabateos en pierda que parezcan una nave espacial o un arma extraordinaria son, para él, coincidencias o imágenes inventadas por el artista.

Es la imaginación que ha inspirado a las sociedades antiguas mirar profundamente los cielos nocturnos y hacer las observaciones que han prevalecido hasta hoy. “La gente del pasado estaba igual de curiosa a la gente de hoy,” dijo. “Su curiosidad les daba la habilidad de grabar sus historias, crear archivas de datos que hoy día se puede analizar matemáticamente.”

A diferencia de hoy, los astrólogos de la antigüedad conectaban sus hallazgos con la religión. El espíritu viajero de Barnhart lo ha llevado por todo el mundo. Cada parada, dijo, viene con su propio desafío, el cual puede incluir una enfermedad. Sea la mordida de una mosca o tomar o beber una cosa que no debe.

“Soy pusilánime cuando se trata de comer cosas raras,” afirma al tiempo que confiesa que a veces ha tenido que hacerlo por no defraudar costumbres locales. Barnhart se ha encontrado, cuando está comiendo con residentes locales, en circunstancias en que el alimento se mueve o vuela o se entierra. Reconoce que una vez en Camboya tuvo que “comer una porción de un cuy.”

Tener conocimiento del español le ha facilitado la comunicación en sus viajes. Al estudiar las culturas Azteca, Inca y Maya, las conversaciones son fluidas. También reconoce las habilidades arquitectónicas, artísticas y científicas de esas civilizaciones antiguas. En las ciencias le da un mérito adicional a los Maya. “Eran de los mejores,” dijo. “Tenían un sistema de ortografía que les permitía grabar mejor su historia.”

Pero el legado de una civilización antigua supera los demás. “Los egiptos estaban en otro nivel que los demás,” dijo. “Es difícil comparar cualquier civilización con Egipto. La Gran Pirámide de Guiza mide 150 metros – casi tres veces más grande que cualquier otra pirámide en el mundo.” Pero avisa que el tamaño no es muestra de grandeza.

“La costumbre de usar una regla para medir la magnitud de un descubrimiento es una enfermedad en la arqueología que espero cambia. De muchas formas son iguales y ameritan el mismo lugar en nuestra historia.”

Aunque se oficina está a miles de millas de su hogar y a veces en temperaturas menos que agradables, su corazón se queda cerca de casa, por ende nunca toma un viaje de investigaciones que dure más de dos semanas. Así para no estar lejos de la familia por mucho tiempo. Barnhart y su esposo, una maestra sustituta, tienen cinco niños, la menor en middle school.

Su próximo viaje será para México, un país que ha visitado en varias ocasiones. Su viaje supremo para Camboya y las ruinas de Angkor Wat se ha pautado tentativamente para el próximo año. Asombra el tamaños del sitio, dice.

En su apogeo se calcula que hasta un millón de personas ocupaban un área más grande que la de varias ciudades norteamericanas.

Para seguir las aventuras arqueológicas de Barnhart o para simplemente aprender de las civilizaciones antiguas, visite el podcast ArcheoEd. Es gratis y disponible en Apple o Spotify.

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